Por: El Mathius
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El Barça pasó de la pesadilla al éxtasis: tras ir perdiendo 1-3, el equipo de Hansi Flick logró una remontada histórica en los últimos minutos. ¡Raphinha y Dani Olmo encendieron Montjuïc!
El FC Barcelona volvió a demostrar que no está dispuesto a rendirse en la lucha por LaLiga. Este sábado, en un partido de infarto en el Estadio Olímpico de Montjuïc, el equipo culé remontó un 1-3 adverso para vencer 4-3 al Celta de Vigo en la jornada 32.
Con esta victoria, el Barça suma tres puntos vitales que lo mantienen como líder momentáneo, a la espera del resultado del Real Madrid frente al Athletic Club. Pero más allá del resultado, lo que se vivió en el campo fue una montaña rusa de emociones.
Borja Iglesias fue la pesadilla azulgrana durante gran parte del encuentro. El delantero del Celta anotó un impresionante hat-trick que puso contra las cuerdas al equipo de Hansi Flick. El marcador reflejaba un 1-3 que parecía sentenciar el encuentro.
Sin embargo, el Barcelona no bajó los brazos. En una muestra de carácter, presión alta y ambición, los blaugranas comenzaron a acorralar al Celta en los últimos 20 minutos del partido.
Dani Olmo, que había tenido un partido discreto hasta entonces, apareció en el área rival para anotar el 2-3 y encender la esperanza. A partir de ahí, Montjuïc se convirtió en una olla a presión.
Raphinha fue el gran protagonista del desenlace. Primero empató el partido con un zurdazo certero que desató la locura en las gradas. Luego, en el tiempo de descuento, fue víctima de una falta dentro del área. El árbitro no dudó: penalti para el Barça.
El propio Raphinha tomó el balón con seguridad y ejecutó un disparo perfecto desde los once metros. Gol. 4-3. El estadio estalló. El brasileño corrió hacia el banquillo para fundirse en un abrazo eufórico con Hansi Flick.
El entrenador alemán, visiblemente emocionado, celebró el tanto como un título. “Es un signo de liberación para el barcelonismo”, declaró al finalizar el encuentro, destacando la importancia anímica de este triunfo.
A pesar del resultado, el partido también estuvo marcado por la controversia. Claudio Giráldez, técnico del Celta, denunció insultos racistas contra su jugador Ilaix Moriba por parte de aficionados en Montjuïc. El club gallego ya solicitó una investigación formal.
Mientras tanto, el Barça respira aliviado y se prepara para las próximas jornadas con confianza. El equipo mostró espíritu de campeón y recuperó parte del crédito perdido en semanas anteriores.
Raphinha fue la figura del partido. No solo por sus dos goles, sino por su liderazgo en los momentos más críticos. “Le dije que lo necesitábamos, y respondió con grandeza”, reveló Flick tras el partido.
Este triunfo mantiene viva la ilusión del doblete. Con la final de la Copa del Rey en el horizonte y la lucha por LaLiga al rojo vivo, el Barça quiere cerrar la temporada con gloria.
Montjuïc, que ha sido criticado por su frialdad, vivió esta vez una noche mágica. La afición empujó hasta el final y fue clave en la remontada. Una comunión que parecía perdida, pero que volvió a brillar.
El Barcelona sigue dependiendo de sí mismo para luchar por el campeonato. Pero más allá de los números, el mensaje es claro: este equipo tiene alma, y lo demostró cuando todo parecía perdido.