🇨🇴 Escándalo: Charlie Zaa, acusado de ser testaferro del paramilitarismo

Fiscalía le incautara bienes por más de 25.000 millones de pesos por supuesto testaferrato tras testimonios de exjefes de las AUC

El bolerista que conquistó América Latina

El cantante colombiano Charlie Zaa, nacido como Carlos Alberto Sánchez Ramírez, fue uno de los íconos del bolero moderno en los años 90. Su fama llegó con versiones modernas de clásicos como “Ódiame” y “Un disco más”. Su imagen pulcra, su estilo elegante y sus presentaciones en América Latina lo convirtieron en un ídolo de la música romántica.

De los escenarios al ojo del huracán judicial

Años después de conquistar los escenarios, Charlie Zaa es protagonista de un escándalo judicial. La Fiscalía General de la Nación lo investiga por presuntos nexos con grupos paramilitares, específicamente como supuesto testaferro del Bloque Tolima de las Autodefensas Unidas de Colombia.

Extinción de dominio por 25 mil millones

El proceso judicial se centra en una extinción de dominio que afecta bienes de Zaa valorados en más de 25.000 millones de pesos. La Fiscalía busca demostrar que estos activos fueron adquiridos con dinero ilícito de estructuras paramilitares.

El centro comercial Oasis: joya inmobiliaria bajo la lupa

Entre los bienes más emblemáticos que ahora están en disputa figura el centro comercial Oasis en Girardot, propiedad insignia de Zaa. Este lugar no solo albergaba comercios sino también su famosa discoteca, la más grande de ese municipio, y era símbolo de su éxito económico.

Kapachos y Solaris: discotecas cuestionadas

Otras propiedades involucradas son las discotecas Kapachos y Solaris, ubicadas en la zona rosa de Ibagué. Según testimonios, estas eran utilizadas como fachadas para mover dineros del Bloque Tolima, liderado por alias Daniel.

Testimonios explosivos de exparamilitares

La Fiscalía sustenta su acusación en declaraciones coincidentes de varios exparamilitares desmovilizados. Todos mencionan a Charlie Zaa como el administrador o propietario de bienes que, en realidad, pertenecían a jefes paramilitares.

Alias Daniel: la conexión central

Diego José Martínez Goyeneche, alias “Daniel”, fue un teniente retirado del Ejército y comandante del Bloque Tolima. Bajo su mando, la estructura combinó acciones militares ilegales con negocios mafiosos. Según los testimonios, Daniel utilizó a Zaa como su testaferro.

Visitas en prisión y reportes de ingresos

Uno de los testimonios más fuertes señala que un primo de Zaa visitaba semanalmente a alias Daniel en la cárcel La Picota para entregarle cuentas relacionadas con la discoteca Kapachos. Estas visitas habrían sido constantes entre 2000 y 2005.

Fincas, reuniones y flujos de dinero

Los exparas mencionan que las reuniones financieras se realizaban en fincas de Guamo, Melgar y Girardot. Allí se discutían los ingresos de las discotecas y otros negocios que supuestamente manejaba Zaa a nombre de alias Daniel.

Herencias para hijos de paramilitares

Testimonios afirman que algunos locales del centro comercial Oasis fueron destinados a dejar una renta mensual a los hijos de exparamilitares muertos. Este dinero habría sido administrado a través de negocios operados por Zaa.

Administración paralela a través de terceros

La Fiscalía descubrió que muchos de los bienes no eran manejados directamente por Zaa, sino por personas de confianza de alias Daniel, como Harry Widman Malo, quien figuraba como administrador de propiedades en Melgar y Girardot.

Una estructura empresarial de fachada

Según la investigación, se creó una red empresarial con apariencia legal. Discotecas, hoteles y centros comerciales servían como fachadas para lavar dinero proveniente de extorsiones, narcotráfico y asesinatos por encargo.

Goyeneche, entre boleros y homicidios

Alias Daniel, además de ser el presunto socio oculto de Zaa, fue un sanguinario jefe paramilitar que operó en Tolima. Murió envenenado con cianuro en La Picota. Su estructura fue aliada del Cartel del Norte del Valle y perpetró cientos de homicidios.

Inconsistencias en la documentación

Aunque Zaa presentó documentos de la compra del terreno del centro comercial Oasis, no existen pruebas del origen de los fondos ni del proceso de construcción. Faltan planos, licencias, registros financieros y escritura del hotel y la discoteca.

Sonolux, las regalías y las dudas

Zaa alega que financió sus inversiones con regalías que le pagó Sonolux por sus discos. Sin embargo, la Fiscalía asegura que no existe trazabilidad financiera ni pruebas que demuestren el uso de esos recursos en las obras ejecutadas.

Sin defensa convincente

En su defensa, Zaa afirmó que todo era fruto de su carrera musical y que los terrenos se compraron a nombre de su padre. Pero la Fiscalía considera que sus argumentos no son suficientes y que no ha logrado desvirtuar las acusaciones.

Silencio mediático y asesoría legal

Hasta el momento, Charlie Zaa ha optado por el silencio. Su esposa aseguró que no darán declaraciones por recomendación de abogados. La estrategia parece orientada a evitar más daño reputacional mientras avanza el proceso judicial.

Bienes bajo control del Estado

Los inmuebles incautados están ahora bajo custodia de la Sociedad de Activos Especiales (SAE). Si Zaa no prueba su legalidad, estos pasarán a ser propiedad del Estado colombiano.

El golpe a una figura mediática

El escándalo ha generado conmoción en el país. Charlie Zaa era una figura querida por el público y jamás se le había vinculado con actividades delictivas. El proceso ha manchado gravemente su imagen.

¿El fin de una carrera?

Si bien aún no hay condena penal, el proceso de extinción de dominio podría marcar el fin de la carrera artística y empresarial de Charlie Zaa. El cantante que enamoró a millones con boleros ahora enfrenta su nota más amarga: la justicia colombiana.