Por: Millard Rubio
Un choque mediático con sabor político

El inicio de la confrontación
La escena política colombiana vivió un fuerte remezón luego de que la periodista Vicky Dávila lanzara duras críticas contra el abogado y precandidato presidencial Abelardo de la Espriella. Las declaraciones de Dávila no solo cuestionaron su trayectoria profesional, sino también su ética, lo que desató una ola de reacciones en medios y redes sociales.
La postura de Vicky Dávila
Dávila afirmó que De la Espriella se enriqueció defendiendo a personajes cuestionados, sugiriendo que su carrera está marcada por la cercanía con “bandidos”. Además, dejó claro que considera incoherente que alguien con ese historial aspire a liderar un proyecto político basado en la ética y la transparencia.
El golpe directo
Las palabras de Dávila fueron contundentes: acusó a De la Espriella de carecer de una visión ética en el derecho y de haber tomado decisiones que, a su juicio, lo descalifican para representar a un sector político. Ese ataque directo encendió las alarmas en el círculo cercano del abogado y movió el tablero de la derecha.
La respuesta inmediata de Abelardo
Con firmeza, Abelardo de la Espriella respondió rechazando los señalamientos y asegurando que no tiene nada que esconder. Fue enfático en recordar que su ejercicio profesional siempre ha sido público, visible y ajustado a la ley. Además, le propuso a Vicky acudir juntos al Departamento de Justicia de Estados Unidos para verificar sus afirmaciones.
El reto público
El abogado lanzó un reto claro: si las acusaciones de Dávila eran ciertas, él se retiraría de la contienda presidencial. Pero si no lo eran, la periodista debería enfrentar la realidad de haber lanzado un señalamiento sin sustento. Ese gesto fue interpretado como una muestra de confianza en su historial profesional.
Una amistad rota por la política
Ambos habían tenido una relación cordial en el pasado. Incluso existía un vínculo de confianza y camaradería. Sin embargo, la irrupción de la política y la competencia por un mismo sector ideológico rompió esa cercanía, dando paso a un enfrentamiento público con tintes personales.
El debate sobre la ética del derecho
El trasfondo de la discusión se centra en la pregunta: ¿puede un abogado defender a clientes cuestionados y luego aspirar a liderar un país? De la Espriella sostiene que sí, porque su labor es técnica y ajustada a la Constitución. Dávila, en cambio, lo rechaza por considerar que esa práctica compromete la coherencia política.
El recuerdo de casos polémicos
Dentro de sus críticas, Dávila mencionó que el abogado ha representado a personajes como Álex Saab, lo que para ella es muestra de contradicción. Abelardo respondió que su trabajo siempre fue profesional, sin que ello implique compartir ni validar las conductas de sus clientes.
El mensaje de coherencia
Dávila argumenta que mientras ella denunció a Saab, De la Espriella lo defendió. Ese contraste, según su visión, marca la diferencia de trayectorias y la razón por la cual no puede haber una alianza política entre ambos.
La defensa de Abelardo
De la Espriella insiste en que no se arrepiente de sus decisiones como abogado. Asegura que el derecho es un servicio público que requiere defender incluso a los más cuestionados, porque la justicia se basa en la defensa técnica, no en afinidades personales.
Una polémica con impacto electoral
El choque no se queda en lo personal. Esta pelea pone en discusión quién liderará a los sectores de derecha en las próximas elecciones. Ambos cuentan con seguidores fieles y detractores fuertes, lo que hace que esta confrontación trascienda al terreno político.
El papel de la opinión pública
Las redes sociales han amplificado la pelea. Miles de usuarios han tomado partido, unos respaldando la firmeza de Vicky y otros aplaudiendo la seguridad con la que Abelardo defiende su hoja de vida. El debate se ha convertido en tendencia nacional.
Transparencia en juego
Al exponer su disposición a someterse a investigaciones en Estados Unidos, Abelardo mostró una carta fuerte: la de la transparencia. Con esa jugada, envió el mensaje de que no teme a ninguna indagación y que está dispuesto a que organismos internacionales revisen su historial.
Una disputa que desnuda diferencias
La pelea también revela una fractura dentro de la derecha colombiana. Mientras Dávila apuesta por la pureza ética como bandera, De la Espriella enfatiza en la eficacia, la valentía y la defensa técnica como elementos que lo avalan para un cargo de elección popular.
El valor de la experiencia
Para Abelardo, su experiencia en casos de alto perfil lo convierte en un candidato con carácter y capacidad para enfrentar escenarios complejos. Según él, no hay nada más transparente que haber litigado de frente y nunca a escondidas.
La estrategia de la periodista
Vicky, por su parte, se posiciona como una voz crítica que quiere marcar distancia de cualquier figura que, en su criterio, pueda tener un pasado incómodo. Su mensaje apunta a blindar su capital político y dejar claro que no cederá en temas de principios.
La batalla por el liderazgo
El enfrentamiento ha generado incluso propuestas de medir fuerza en encuestas, para definir quién cuenta con mayor respaldo en la derecha. Sin embargo, Dávila dejó claro que no se trata solo de popularidad, sino de coherencia, una palabra que repite con insistencia.
Reacciones en el espectro político
Otros sectores han seguido con atención esta confrontación. Algunos ven en ella una oportunidad para dividir a la derecha y reducir su impacto electoral. Otros, en cambio, creen que la disputa fortalecerá al más firme y transparente de los dos.
Abelardo y su mensaje de confianza
El abogado recalca que no tiene nada que esconder y que su vida pública es prueba de ello. Su discurso se centra en transmitir confianza, seguridad y la idea de que ha enfrentado críticas durante años sin que eso haya frenado su crecimiento profesional.
Una pelea con futuro incierto
La pelea entre Vicky Dávila y Abelardo de la Espriella aún está lejos de apagarse. Lo cierto es que ambos representan estilos distintos de liderazgo y que la confrontación seguirá marcando titulares. En medio de los ataques, De la Espriella se mantiene firme: no teme a investigaciones y asegura que su nombre no tiene manchas ocultas.