Revelaciones de Gilberto Rodríguez Orejuela: Cartel de Cali habría pagado muchos millones de dólares a agentes del Estado por muerte de Pablo Escobar

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El exjefe del cartel afirmó en su libro póstumo que Hugo Aguilar y Danilo González recibieron una millonaria suma por colaborar con el Bloque de Búsqueda en la caída del capo de Medellín.

En su libro póstumo titulado Gilberto según Rodríguez Orejuela, el fallecido capo del Cartel de Cali reveló detalles inéditos sobre el papel que jugó su organización en la caída de Pablo Escobar, líder del Cartel de Medellín.

Rodríguez Orejuela afirmó que el Cartel de Cali ofreció 10 millones de dólares como recompensa a Hugo Aguilar y Danilo González, agentes clave del Bloque de Búsqueda, por su participación directa en la operación que terminó con la muerte de Escobar en diciembre de 1993.

Según el capo, este pago se hizo de forma paralela a la recompensa oficial ofrecida por el Estado colombiano, y tenía como objetivo acelerar la caída del enemigo más peligroso del Cartel de Cali.

Las declaraciones surgen en un contexto de creciente interés por esclarecer la verdad histórica detrás de la guerra entre carteles en Colombia, marcada por corrupción, violencia y colaboración encubierta entre criminales y autoridades.

Rodríguez Orejuela también afirmó que el Cartel de Cali financió parte del equipo tecnológico utilizado para interceptar las comunicaciones de Escobar, incluyendo antenas y aparatos de rastreo satelital.

Este apoyo logístico habría sido determinante para ubicar al líder del Cartel de Medellín, quien fue abatido por el Bloque de Búsqueda en un tejado de Medellín el 2 de diciembre de 1993.

Hugo Aguilar, quien más tarde se convirtió en gobernador de Santander, ha reconocido que recibió recompensas oficiales por su papel en la operación, pero niega haber aceptado dinero de grupos criminales.

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha recibido testimonios de Aguilar sobre su participación en la operación, pero hasta ahora no se han confirmado los señalamientos de Rodríguez Orejuela.

Danilo González, el otro mencionado por el capo, fue asesinado en 2004 en medio de un proceso judicial que lo vinculaba con redes criminales y paramilitares, lo que complica aún más la verificación de los hechos.

El libro también detalla cómo el Cartel de Cali logró infiltrar sectores del Estado colombiano, incluyendo la financiación de campañas políticas y la compra de información confidencial de agencias de inteligencia.

Estas confesiones post mortem buscan, según fuentes cercanas, dejar una versión más completa de los acontecimientos que marcaron la historia del narcotráfico en Colombia.

Analistas consideran que las revelaciones refuerzan las sospechas sobre la colaboración entre criminales y miembros del Estado en el contexto de la lucha contra el narcotráfico en los años noventa.

A su vez, podrían tener implicaciones legales y políticas si las afirmaciones son investigadas y corroboradas por la justicia colombiana, en especial por la JEP y la Comisión de la Verdad.

El texto publicado por la familia Rodríguez Orejuela ha sido recibido con escepticismo por algunos sectores, pero también con atención por parte de investigadores y periodistas especializados en crimen organizado.

La historia de cómo cayó Pablo Escobar, hasta ahora contada como una hazaña estatal, podría tener nuevas capas de verdad si se comprueban estos vínculos ocultos entre carteles y fuerzas del orden.

Estas revelaciones reabren el debate sobre la legitimidad de las estrategias empleadas por el Estado para combatir a los carteles, y obligan a una revisión más crítica de lo que realmente ocurrió durante la llamada guerra contra el narcotráfico.