Por: Briam Rubio

Los municipios de Cajibío, Morales y Piendamó fueron blanco de ataques coordinados con drones armados. Las autoridades enfrentan una nueva amenaza tecnológica en el conflicto armado.
La violencia no da tregua en el suroccidente colombiano. Durante el fin de semana, las disidencias de las FARC protagonizaron una serie de ataques con drones contra estaciones de policía en tres municipios del departamento del Cauca: Cajibío, Morales y Piendamó.
Los ataques fueron sistemáticos y coordinados, lo que ha generado gran preocupación entre las autoridades locales y nacionales. Según los primeros reportes, los artefactos voladores fueron lanzados en la noche, en momentos de baja visibilidad, para evitar su detección anticipada.
Uniformados que se encontraban en las instalaciones policiales relataron que tuvieron que disparar contra los drones para intentar derribarlos. La situación generó momentos de tensión, pero afortunadamente no se reportaron víctimas fatales.
El uso de drones con capacidad ofensiva representa un nuevo capítulo en el conflicto armado colombiano, elevando el nivel de amenaza y poniendo en jaque los esquemas de seguridad tradicionales.
El Cauca ha sido históricamente uno de los departamentos más golpeados por la violencia, y actualmente es escenario de enfrentamientos entre fuerzas del Estado y varios grupos armados ilegales, especialmente las disidencias del Estado Mayor Central (EMC).
Los hechos ocurrieron en zonas estratégicas del departamento, donde la presencia de estos grupos ilegales ha sido constante. Las estaciones atacadas hacen parte de un corredor clave para el narcotráfico y la movilidad de armas.
Las autoridades locales han solicitado refuerzos de seguridad y apoyo aéreo para prevenir futuros ataques. La Policía Nacional y el Ejército han intensificado patrullajes y sobrevuelos en la región.
El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Defensa, expresó su rechazo a los hechos y anunció que se adelantarán investigaciones para identificar a los responsables y evaluar el tipo de drones utilizados en los ataques.
Expertos en seguridad aseguran que el uso de drones marca un punto de inflexión en la dinámica del conflicto. Estos dispositivos pueden transportar explosivos, cámaras o realizar reconocimiento sin poner en riesgo a sus operadores.
La comunidad civil se ha mostrado alarmada por esta nueva modalidad de ataque. “Si ahora usan drones, ¿qué sigue?”, se preguntó una habitante de Cajibío en declaraciones a medios locales.
Los ataques con drones en el Cauca se suman a una lista creciente de incidentes violentos registrados en 2025, un año marcado por el aumento de acciones ofensivas de los grupos armados ilegales.
El uso de tecnología militar no convencional por parte de estos grupos representa un reto enorme para la Fuerza Pública, que ahora deberá adaptar su estrategia y equipamiento ante esta nueva realidad.
Desde organismos internacionales se ha expresado preocupación por el uso de drones en zonas pobladas, debido al alto riesgo para la población civil y el posible quebrantamiento del Derecho Internacional Humanitario.
El Gobierno de Gustavo Petro mantiene su intención de avanzar en el proceso de “Paz Total”, pero estos ataques podrían complicar las condiciones del diálogo con los grupos que se niegan al cese de hostilidades.
Mientras tanto, los habitantes del Cauca exigen presencia permanente del Estado y garantías de seguridad. Las autoridades investigan si estos ataques fueron coordinados desde campamentos cercanos en zonas rurales del departamento.